jueves, 18 de diciembre de 2014

Las cinco fuerzas competitivas de Porter

COMPETIDORES POTENCIALES:

Los competidores potenciales son aquellas nuevas empresas que quieren entrar en el sector de actividad. La amenaza de nuevo ingreso va a depender de varios factores.

- Atractivo de la industria: el descenso de la demanda en el sector textil así como la reducción de los márgenes de beneficio empresariales, derivados de la fuerte crisis atravesada por España, han dado lugar a un menor atractivo y rentabilidad de este sector, disminuyendo por tanto la amenaza de nuevos ingresos en el mismo. Así, el sector textil no se presenta como uno de los sectores más atractivos en los cuales invertiría cualquier empresa que busque una alta demanda o elevados márgenes. De este modo, el bajo atractivo de la industria supone una menor intensidad de la competencia, lo cual implica la posibilidad de obtener mayores beneficios.

- Barreras de entrada:

o   B.E. EN COSTES: Las empresas pertenecientes al sector textil se benefician de economías de escala ya que al incrementar la producción se derivan unos costes unitarios menores, lo cual frena la entrada de nuevos competidores, obligándoles a ingresar a gran escala (conllevando un mayor riesgo) o bien a pequeña escala (obteniendo con ello una desventaja en costes).

Por su parte, las empresas ya instaladas en el sector han conseguido un aprendizaje y una experiencia elevados, que les ha permitido introducir mejoras en los métodos y procedimientos utilizados, adaptándose así más fácilmente a los cambios que el entorno ha exigido con el paso del tiempo, además de mejorar el diseño de los productos. Así, se ha tendido a una minoración de los costes por el gran volumen acumulado que les ha llevado a reducir el coste medio.

Por último, apenas existen otras desventajas en costes, dado que la tecnología de venta en el sector se encuentra bastante estandarizada, así como el acceso a materias primas es favorable, destacando el proceso de deslocalización de las empresas que buscan la provisión de materias primas en países subdesarrollados de forma más barata. Por su parte la instalación de los locales en lugares clave de las ciudades más importantes supone elevados desembolsos de capital que nuevas empresas no podrán asumir.

o    B.E. DE DIFERENCIACIÓN: En el sector textil muchas empresas cuentan con una importante diferenciación en sus productos, con un valor añadido aprobado con el cliente, que ha conllevado a ganarse la confianza y fidelidad de sus consumidores habituales. De este modo, las empresas deberán diferenciarse si quieren llegar a destacar en dicho sector. Por lo que la amenaza de nuevas entradas es menor, pues deben realizar grandes inversiones para superar la lealtad existente del cliente.

Por su parte, consideramos la existencia de costes de cambio en este sector textil dado que suponemos que las empresas tienen firmado un contrato con sus proveedores, por lo que el cambio de unos a otros supone ciertos costes y esfuerzos para las mismas.

o OTRAS BARRERAS: La necesidad de grandes inversiones dependerá del tamaño con el que la empresa decida incorporarse al mercado, aumentando el capital necesario a invertir conforme aumenta la dimensión (una tienda o una cadena). Así, conforme las inversiones sean mayores, menor será la amenaza de competidores potenciales. Por otro lado también influye la inversión en I+D que requiere la adaptación a un sector en constante cambio.

En cuanto a los canales de distribución, existen empresas que además de diseñar y fabricar su propia ropa también desarrollan sus propios canales de distribución y puntos de venta, acercándose así al consumidor. De este modo, resulta más complicado que nuevas empresas accedan a los canales de distribución ya que los pocos que aún quedan disponibles están muy negociados por el resto de empresas. De este modo, la amenaza de competidores potenciales será menor, teniendo que plantearse las empresas distribuir sus propios productos. Sin embargo, este aspecto ha perdido mucha importancia dada la existencia del uso de la web y el comercio electrónico, que permite a cualquier empresa vender directamente al público sus productos. Se trata así de una integración vertical hacia delante.

Por último, la inexistencia de restricciones administrativas, como por ejemplo las licencias de apertura, hará que la amenaza de competidores potenciales aumente dado que el gobierno no limita la entrada a dicha industria. Sin embargo, existen normas de protección del consumidor evaluando la resistencia y calidad de los productos (por ejemplo, productos punzantes, inflamables, así como, en otros casos, los cordones por el posible estrangulamiento de los niños, etc.), que en cierto modo pueden suponer una barrera de entrada para nuevos competidores potenciales. 

- Reacción esperada: en este aspecto podemos determinar diferencias en el sector. Por una parte, este sector presenta la existencia de pequeñas empresas que, ante la entrada de cualquier posible competidor con características similares, sí pueden lanzar algún tipo de reacción en contra de la entrada de estas nuevas empresas, intentando proteger la posición ya conseguida. Sin embargo, en este sector también se presentan otras grandes empresas con mayor importancia en nuestro país (véase Inditex, Cortefiel, H&M, Primark, GAP, etc.) que no reaccionarán ante entradas de pequeñas empresas, ya que no supondrán ningún tipo de amenaza dada su influencia a nivel nacional. Por otro lado, estas grandes empresas sí reaccionarán ante la posible entrada de grandes competidores que puedan amenazar la posición ya alcanzada.

COMPETIDORES EN EL SECTOR:



La rivalidad entre los competidores pertenecientes al mismo sector va a depender de varios aspectos:

o   Concentración/Fragmentación: en el panorama nacional encontramos dos tipos de competidores en el sector textil, por un lado las pequeñas empresas, las cuales son abundantes y cuentan con una pequeña cuota de mercado cada una de ellas (fragmentación), y por otro lado encontramos las grandes empresas (ya citadas arriba) que se presentan en forma de oligopolio, con un número no muy amplio de empresas y con una cuota amplia y similar entre ellas. De este modo, el grado de rivalidad entre competidores será mayor en las pequeñas empresas que en las grandes.

o     Crecimiento del sector: el sector textil se encuentra en la fase de madurez, por lo que ello conlleva a que el ritmo de crecimiento del sector sea reducido. Esta reducción en el ritmo de crecimiento lleva a una mayor rivalidad de los competidores, ya que la cuota de mercado disponible para repartir es menor.

o  Costes fijos elevados: al tratarse de productos no perecederos los costes de almacenamiento de los mismos son reducidos, ya que no se exigen condiciones extremas de higiene y seguridad. Sin embargo, el efecto moda hace que no se puedan tener muchos productos en stock, ya que la variación rápida de gustos en los consumidores puede hacer que se queden en nuestro almacén sin llegar al público.

o      Diferenciación del producto: en el sector textil podemos observar la existencia de una diferenciación clara con respecto a precios y marca principalmente, ya que la calidad en la mayoría de estos establecimientos es similar y por tanto los clientes se decantan por otras cualidades del producto. De este modo, podemos determinar que la rivalidad competitiva es menor.

o      Barreras de salida: en este caso no existen importantes barreras de salida, dado que los activos de las empresas pueden reutilizarse o bien venderse fácilmente y los costes de despido de personal, en los casos de contratos temporales, son bajos. Con respecto a los negocios más pequeños (por ejemplo los negocios familiares) pueden observarse barreras emocionales, por la lealtad y familiaridad con los empleados de las tiendas, la relación de estos con los clientes, la identificación con el negocio particular, el temor a la carrera profesional, etc. Así, podemos concluir con que el grado de rivalidad derivado de este factor será escaso.

o Barreras de movilidad: éstas son prácticamente inexistentes ya que, a pesar de que las posibilidades de segmentación son amplias, las empresas pueden moverse entre segmentos sin ningún tipo de dificultad, según la situación presente.

o    Competidores diversos: el sector del textil cuenta con empresas muy diversas, las cuales se diferencian en las estrategias utilizadas, así como en sus tamaños (como ya hemos dicho anteriormente diferenciando empresas pequeñas y grandes), formas de competir, orígenes nacionales, objetivos, público al que se dirigen… De este modo encontramos desde cadenas multinacionales, locales, hipermercados, hasta tiendas de barrio, especializadas, e incluso mercadillos de barrio. Así, esta fuerte diversificación da lugar a una mayor rivalidad entre los competidores, ya que no existe previsión de cómo van a actuar dichos competidores.

o    Intereses estratégicos: en cuanto a este factor, podemos determinar que sí existen intereses estratégicos simultáneos ya que las empresas del sector, a pesar de la posición ya ganada y la cuota de mercado obtenida, siempre tienen como objetivo seguir ampliando dicha cuota de mercado, abarcando una mayor parte del mismo. Además, también forma parte de sus intereses estratégicos el conseguir una mayor exportación, llevando sus productos fuera de las fronteras, así como la internacionalización de sus marcas, dándose a conocer. Esto conllevará a un aumento de la rivalidad entre competidores del sector.


o Capacidad productiva instalada: en este caso consideramos que no existe un exceso de capacidad productiva en este sector, dado que son varias las noticias que hablan de un agotamiento de la capacidad productiva del mismo, hecho que también puede observarse en las tiendas, donde suelen contar con un stock limitado de ciertas prendas de ropa. De este modo, la rivalidad será reducida.

PRODUCTOS SUSTITUTOS:

Teniendo en cuenta como principal función del sector textil la de vestir, no existen productos sustitutos para los artículos textiles, ya que es tan sólo la ropa la que puede cubrir dicha necesidad. Sin embargo, dentro de la función de vestir, y teniendo en cuenta la amplia segmentación de la que anteriormente hemos hablado, sí existen productos sustitutos dentro de otros aspectos como el diseño, la moda… Ya que también podemos considerar la ropa como bienes de lujo, representados por el sector de la moda y las prendas de alta costura. Por otra parte, como bienes sustitutos encontramos un ejemplo claro, y es que las personas pueden decidir si usar un abrigo, una parka, una trenka, un anorak… Siendo entre ellos productos sustitutos. Por otra parte, encontramos el problema de la falsificación de marcas, dando la posibilidad al público de sustituir las grandes marcas por estos otros productos, con menor calidad aunque con un precio más asequible y competitivo. Por tanto, la amenaza en este aspecto es relativa, según la situación de la que hablemos.

CLIENTES/DISTRIBUIDORES Y PROVEEDORES:

Los clientes pertenecientes al sector son muy abundantes y no se encuentran muy concentrados, por lo que esta falta de organización hace que se encuentren en una posición de desventaja para la defensa de sus intereses, por lo que el nivel de negociación de los mismos se ve reducido. Por otra parte, el nivel de información conocido por los clientes hoy día es bastante elevado, gracias a las redes sociales, webs, y otro tipo de opiniones que mantienen al cliente al corriente, aumentando así el poder de negociación frente a las empresas. En el campo de los distribuidores, es posible una integración vertical hacia delante por parte de las empresas manufactureras, distribuyendo ellas mismas sus productos. Además, por parte de los clientes, aunque menos habitual, es posible una integración vertical hacia atrás, volviendo a tiempos antiguos en los que el propio cliente confeccionaba su ropa. Por último, en el sector textil, los volúmenes de compras obtenidos por el cliente son reducidos, por lo que el poder de negociación del cliente es reducido por este aspecto.

Por otra parte, la alta diferenciación de los productos hace que el cliente tenga menor poder de negociación. En cambio, el inexistente coste de cambio (dado que el cliente puede comprar la ropa en los distintos establecimientos según le convenga, dada la elevada oferta en el sector textil) su poder de negociación aumenta. Aunque respecto a los distribuidores sí hay que tener en cuenta la mayor dificultad para cambiar de proveedor (dichas empresas manufactureras), a no ser que se trate de una empresa con integración vertical hacia delante.

En lo que se refiere a los distribuidores, la existencia de calidad por parte de los proveedores va a dificultar el cambio de éstos a distribuidores que les aporte una menor calidad.

Por otro lado destaca un fuerte poder de negociación en los clientes el hecho de que los hábitos de compra en los mismos afectan a las empresas, que se verán perjudicadas por cambios en los gustos, en los estilos de vida, etc. teniendo que adaptarse a lo que el sector poblacional demande, aunque en ciertas ocasiones son las propias tiendas las que infunden estos cambios de tendencias y modas.

PODER DE NEGOCIACIÓN DE LOS PROVEEDORES:

La multitud de proveedores existentes en el sector disminuye el poder de negociación de los mismos, permitiendo que sean los clientes quienes impongan sus condiciones, las cuales tenderán a responder a sus intereses. Del mismo modo, la información manejada por los proveedores es amplia gracias a la influencia de Internet así como de las redes sociales y otros medios, lo cual permite el aumento de su poder de negociación.
Por otra parte, puede tener lugar una integración vertical hacia delante, siendo el proveedor el que distribuya sus propios productos, aumentando así su poder de negociación. En cuanto al volumen de compra, suelen ser amplios al tratarse de productos no perecederos y almacenables, salvo las condiciones de moda ya citadas anteriormente.

Por último, una mayor calidad de los productos ofrecidos, una menor sustituibilidad de los mismos y una mayor importancia para el cliente, harán que aumente la capacidad de negociación de los proveedores.

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